Hablamos con Roque Calero, doctor ingeniero industrial y catedrático en el área de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria sobre energía y turismo en el archipiélago canario.

Roque Calero es una de las voces más reconocidas sobre energía y desarrollo sostenible en Canarias. El doctor ingeniero industrial y catedrático en el área de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria lleva décadas proponiendo soluciones a los principales retos del archipiélago. Hablamos con él sobre energía y turismo a raíz del informe 'Propuestas en materia energética en un escenario de transición justa para el sector turístico en Canarias' recientemente publicado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud  de CCOO - Fundación 1º de Mayo. La Secretaria de Salud Laboral de CCOO Canarias ha organizado además mañana, 15 de junio, la charla "Plan Estratégico Holístico e Integral de Desarrollo Sostenible de Canarias" en Gran Canaria que impartirá Roque Calero y que podrá seguirse online

Usted propone un cambio de modelo turístico que permitiría adaptarse al nuevo escenario de emergencia climática y a las tensiones que se están creando en las cadenas de suministro internacionales. ¿En qué consiste?

El concepto es el siguiente. El precio del combustible está subiendo muchísimo. Eso significa también una elevación del coste del transporte. Un avión moderno consumo 2,3 litros por pasajero y 100 kilómetros. Los 8000 que supone desde Alemania venirse a Canarias y volver, son unos 184 litros por persona. Con un precio del queroseno de unos 0,60 o 0,80 euros por litro, eso significa un coste de 110 a 150 euros por persona sólo en combustible. ¿Qué pasa en origen? En origen, en una clase media europea, consume entre 12.000 y 15.000 kw/hora al año con calefacción, al precio de 0,3 kw/hora, que es lo que más o menos lo que va a costar, significa entre 3.600 y 4.500 euros de coste de energía eléctrica. ¿Cuál es la consecuencia? Que la vida en origen se está encareciendo mucho y la gente tendrá menos dinero para hacer turismo. Y por tanto van a venir menos turistas.  

¿Y qué se puede hacer para evitar el impacto económico que eso tendría en Canarias?

La alternativa que nosotros estamos planteando es alargar la estancia del turista más tiempo. Pongamos que un turista está aquí un mes. Lo que se ahorra en origen son entre 300 y 400 euros, más de lo que le cuesta el billete de avión, si es temporada de invierno. Ysi se quedan 14 días, se llenarían todas las camas que hay ahora. Porque un hotel se llena si hay un turista 365 días o 365 turistas, 1 día. Pero lo que nos interesa es que estén mucho tiempo aquí, porque salen del hotel y consumen más. Y además se ahorran dinero en origen. Lo que hay que ver es dónde está el punto de equilibrio, yo diría que entre 14 y 15 días es un buen punto de equilibrio, donde el ahorro en origen es importante, el traslado es compensado y nos llenan todas las camas que tenemos. Y eso implica que se podría bajar también de los 15 millones de turistas, hasta los 10 ó 12 millones. Los viajes de fin de semana se van a acabar. 

¿Qué piensa del compromiso del gobierno de Canarias de alcanzar la descarbonización en 2040?

Aquí influyen varias circunstancias. En primer lugar, para cambiar el modelo energético hay que cambiar el modelo social y económico. Si no, es imposible. En cuanto al tema energético en sí mismo, aquí tenemos dos factores: el factor de la producción de energía con energías no renovables y con renovables. Pero existe un cuello de botella sobre el sistema térmico. El sistema térmico canario actual está completamente inadaptado al cambio que se quiere hacer hacia renovables. ¿Por qué? Porque las islas principales de Tenerife y Gran Canaria tienen grandes grupos de ciclos combinados de 220 megavatios. Entonces para mantener la estabilidad del sistema a la red siempre hay que tener conectado el equivalente a la mayor potencia conectada a la red. Es decir, si tenemos un grupo de 220 megavatios conectado a la red necesitamos otro de 220 esperando por si el primero cae. Ese respaldo nunca puede ser sustituido por renovables. Así que mientras Canarias no modifique su sistema térmico, es decir, poner grupos térmicos de menor potencia, no podrá alcanzar más de un 45 por ciento de penetración de renovables.

¿Cómo puede contribuir la transición energética al empleo en Canarias?
Nosotros llevamos trabajando ya hace años en un modelo de planificación estratégica diferente, en una herramienta ejecutiva de la Agenda 2030. Nosotros hicimos ese plan para Canarias hace dos años y decidimos en esa estrategia más de 700 acciones concretas. La diferencia con otros planes es que cada acción va acompañada de una ficha financiera, que detalla quién tiene que hacer cada cosa, cuánto tiempo le va a dedicar, cuánto cuesta, quién financia o el empleo a corto y largo plazo. En cuanto al empleo en Canarias, la aplicación de ese plan suponía algo más de 20.000 empleos directos. En el caso de energía era en torno a los dos mil empleos. Pero no sólo había en energía, porque en el plan hay 25 ejes desarrollo sostenible. Uno de ellos es la energía, pero el plan tiene una visión holística. No se puede hacer un plan de transición energética si no se hacen paralelamente cosas en el agua, en la agricultura, en la vivienda, en la investigación, en la formación, la cultura. Hay que trabajar en todo.

¿Cuál sería la prioridad?
Lo más importante es que a estas alturas deberíamos tener perfectamente planificado nuestro futuro, de acuerdo a las tecnología que tenemos ahora y las que están próximas a llegar. Y eso es lo que yo creo que no se está haciendo. Me queda pena porque creo que si hay un sitio en el mundo que puede tener un máximo nivel de sostenibilidad, se llama Canarias.